Entre uno de los muchos placeres que tengo en la vida está pasear por las calles de mi municipio. Aunque mis obligaciones me impidan hacerlo con la frecuencia que me gustaría. Un placer no sólo porque me guste sentir cada rincón de su historia, sino porque cada una de las personas con las que me encuentro tiene SU historia.
Y a veces, MI historia y SUS historias se unen, se encuentran y se enlazan. Una de esas situaciones se produjo hace algunos días. Una persona joven a la que conozco, aunque no tenga la suerte de compartir amistad con ella, se acercó a mí de forma decidida.
Ha decidido mostrarme SU historia, hacerme partícipe de ella y en la medida de su decisión, involucrarme en su desarrollo. Su historia es muy similar a la de muchos jóvenes de su edad. Hace algunos años abandonó sus estudios por los cantos de sirena que venían de un sector emergente como la construcción, pero ahora, en este momento de SU historia, se encuentra parado. Lleva en paro 23 meses, los mismos que en las listas del INEM. Y otros tantos en la bolsa de trabajo del Ayuntamiento.
Sólo quiere respuestas, sólo quiere que alguien le escuche y le explique la incomprensión de su situación. No entiende porqué nunca le llaman del Ayuntamiento para trabajar, y sin embargo hay otras personas que en menos de un año han trabajado dos veces. Tampoco entiende porqué nunca le llaman del Ayuntamiento a través del INEM, y menos aún cuando en el INEM le han dado por respuesta que es el Ayuntamiento el que selecciona a quien quiere de una lista de candidatos que ellos le facilitan.
Me invade el desconcierto, no sé qué respuesta puedo darle, no encuentro razón alguna para esa situación. Se siente defraudado por la política, y peor aún, por nosotros los políticos, aquellos que se suponen estamos para solucionar los problemas de los ciudadanos.
En defensa del Ayuntamiento trato de argumentar que, por desgracia, no tiene la capacidad que posee el Estado para emplear a los ciudadanos. Pero sí que es cierto que eso no es motivo para que todos los ciudadanos/as no podamos ser tratados en igualdad de condiciones y disponer de las mismas oportunidades a la hora de optar a un trabajo.
Como político no puedo comprometerme a asegurar trabajo a nadie en caso de acceder al gobierno, no es responsable, ni honesto. Sin embargo, lo mínimo que puedo garantizar es que el Ayuntamiento sea imparcial, objetivo y una herramienta que ayude a combatir las desigualdades sociales promoviendo y garantizando el trato igualitario para todos bajo el marco de la igualdad de oportunidades.
Ha decidido mostrarme SU historia, hacerme partícipe de ella y en la medida de su decisión, involucrarme en su desarrollo. Su historia es muy similar a la de muchos jóvenes de su edad. Hace algunos años abandonó sus estudios por los cantos de sirena que venían de un sector emergente como la construcción, pero ahora, en este momento de SU historia, se encuentra parado. Lleva en paro 23 meses, los mismos que en las listas del INEM. Y otros tantos en la bolsa de trabajo del Ayuntamiento.
Sólo quiere respuestas, sólo quiere que alguien le escuche y le explique la incomprensión de su situación. No entiende porqué nunca le llaman del Ayuntamiento para trabajar, y sin embargo hay otras personas que en menos de un año han trabajado dos veces. Tampoco entiende porqué nunca le llaman del Ayuntamiento a través del INEM, y menos aún cuando en el INEM le han dado por respuesta que es el Ayuntamiento el que selecciona a quien quiere de una lista de candidatos que ellos le facilitan.
Me invade el desconcierto, no sé qué respuesta puedo darle, no encuentro razón alguna para esa situación. Se siente defraudado por la política, y peor aún, por nosotros los políticos, aquellos que se suponen estamos para solucionar los problemas de los ciudadanos.
En defensa del Ayuntamiento trato de argumentar que, por desgracia, no tiene la capacidad que posee el Estado para emplear a los ciudadanos. Pero sí que es cierto que eso no es motivo para que todos los ciudadanos/as no podamos ser tratados en igualdad de condiciones y disponer de las mismas oportunidades a la hora de optar a un trabajo.
Como político no puedo comprometerme a asegurar trabajo a nadie en caso de acceder al gobierno, no es responsable, ni honesto. Sin embargo, lo mínimo que puedo garantizar es que el Ayuntamiento sea imparcial, objetivo y una herramienta que ayude a combatir las desigualdades sociales promoviendo y garantizando el trato igualitario para todos bajo el marco de la igualdad de oportunidades.
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